fraternidad
agosto 13, 2022 § Deja un comentario
En nombre de Dios, tan solo nos tenemos los unos a los otros. Y aquí alguien se preguntará: ¿acaso no podríamos prescindir del en nombre de Dios? No lo creo. Y no lo creo porque solo ante Dios, esto es, como huérfanos de padre y madre, el otro se revela como hermano. De prescindir de nuestra orfandad, creer que el otro es nuestro hermano no deja de ser palabrería, en definitiva, un alimentarse de viento. Pues al fin y al cabo, sin nuestro hallarnos expuestos a la extrema trascendencia de Dios prevalecerá lo que nos nos gusta del otro: su prepotencia, sus ideas, su mal olor. Esto es, prevalecerá la negación. Y ya sabemos quién es aquel que siempre niega.
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