soledad
noviembre 10, 2022 § Deja un comentario
El hombre, decía Eliot, no puede soportar demasiada realidad. Y quien dice realidad dice la nada. Pues la nada es el fondo invisible de lo visible, lo que tuvo que retroceder hacia un pasado anterior a los tiempos para que fuera posible la presencia, la aparición, al fin y al cabo, el tiempo. De ahí que tampoco podamos soportar demasiada soledad. Pues en la soledad nos hallamos expuestos a la nada, en definitiva, a la nada de Dios. El mundo deviene un trampantojo donde lo que hay más allá —el principio y fundamento— se revela como la realidad de un nadie. Quizá no sea casual que prefiramos fantasear con un dios a medida antes que caer en la cuenta de que de Dios tan solo aquel que ocupa su lugar. En judío, el Mesías.
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