parafraseando a Merleau-Ponty
noviembre 29, 2022 § Deja un comentario
No terminamos de estar en el mundo. Pero jamás, nos hallamos fuera del mundo. El cuerpo —su motivo— es un arraigo. Pero donde solo hay raíces, no hay árbol. Aunque también es cierto que unas flores sin raíz son simplemente un ramo de flores. Entre una cosa y otra andamos. En cualquier caso, modernamente ya no cabe ser un árbol. Traducción: ya no nos es posible elevarnos desde la raíz. Pues que Dios haya muerto significa, entre otras cosas, que el éxtasis —no solo religioso, sino también el que experimentan los amantes cuando cruzan sus miradas— difícilmente podrá ser integrado en un día a día que solo admite el (con)trato. Quizá siempre fue así. Pero no en la misma medida.
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