Yavhé ante Caín
diciembre 23, 2022 § 1 comentario
Si Dios no nos interpela —o mejor dicho, si nunca nos saca del quicio del hogar—, entonces no nos hallamos ante Dios, sino ante un Dios a medida de nuestra necesidad de amparo o sentido. Esto es, ante un ídolo. Aunque, por lo común, lo vistamos con la tela del amor. Ahora bien, Dios nos interpela con el clamor de los Abel de la historia. Pues no tiene otro rostro que el de un crucificado en su nombre. Y esto es lo que no estamos dispuestos a admitir.
Es el riesgo de Dios en la encarnación