de la aparición y la esperanza
abril 2, 2023 § Deja un comentario
De ordinario, vamos a lo nuestro: una cosa tras otra. Pero en el fondo, aguardamos, aunque sin saberlo, la irrupción de lo extraordinario o nuevo, en definitiva, la aparición. Pues acaso solo frente a la aparición logremos elevarnos por encima de la circunstancia. O, si se prefiere, de lo biológico. Ciertamente, hay quienes creen que las aspiración última es la de regresar al útero materno. Son los partidarios de la fusión. Pero donde manda el sentimiento oceánico desaparece la realidad. Y quien dice realidad, dice alteridad. Sea como sea, lo común es que nos contentemos con los simulacros. La novedad, en el primer caso. El porro o sus variantes, en el segundo. De ahí que, entre simulacros, vivamos pasando de largo.
Puede que algún día caigamos en la cuenta de que existimos como quien permanece a la espera. Y cuando esto suceda la cuestión que deberíamos plantearnos será de qué —o de quién. Aunque también es posible que no haya en verdad nada nuevo —que no quepa ninguna aparición. En ese caso, Nietzsche tendría razón.
Ahora bien, lo que Nietzsche no vio es que, precisamente porque el cielo está vacío de Dios, el otro, incluso el que despreciamos, resplandece con el aura de la divinidad o el milagro. Y por eso mismo, no todo vale por igual. El milagro no necesita de ningún sentido o hacia dónde. Tan solo el ángel de la historia, aquel que volviendo su mirada hacia atrás se interroga con espanto por la vida que pueden esperar los aplastados. Y aquí no parece que la respuesta sea la disolución. Pues, de serlo, no habría diferencia entre el nihilista y quienes, cerrando los ojos, se sienten como ola en el mar.
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