historia y mesianismo
diciembre 13, 2019 § Deja un comentario
Walter Benjamin, en sus tesis sobre la historia, distingue entre un tiempo pleno, en cuyo nombre desarrolla su crítica a la idea de progreso, y el tiempo continuo, en el que todo sucede y nada tiene lugar. Ahora bien, lo curioso del caso es que la plenitud del tiempo pleno no es debida al cumplimiento, sino al peso de las ausencias. Es pleno, precisamente, porque no las olvida —porque los vencidos, los muertos antes de tiempo, son la única autoridad que decide el sí oi el no. Tienen que decidirlo. Sin embargo, no pueden —obviamente. Este es el impasse por el que la historia no avanza —es imposible—, aun cuando progrese. Y por esto mismo, el hombre perecerá en el pantano de los histórico, salvo que el mesías —y esta es la esperanza de Benjamin— interrumpa su uniformidad con un acontecimiento inviable (y por extensión increíble).
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