Jean Vanier
junio 2, 2020 § 1 comentario
Incluso los santos estan llenos de barro —y un barro maloliente. Aunque no es lo mismo ir de la santidad al barro —y esto tiene que ver, en la mayoría de los casos, con el el ejercicio del poder— que ir del barro a la santidad (aunque el barro siga adherido a la piel). Al fin y al cabo, con respecto a lo que decide nuestra humanidad, tan solo cabe contar una historia. De ahí que la cuestion no sea quién eres, sino quién terminarás siendo. Ahora bien, el final de la historia no lo escribiremos nosotros.
La vida mancha, la seducción pervierte; el paso por la noche o el desierto sirve para discriminar entre ambos mediante una honestidad irremediable, cuando negarlo deja de ser ya opción. Pero sin duda es más atractiva la seducción, que también recibe a veces el nombre de carisma. Siempre al acecho.