más contra
noviembre 26, 2020 § 1 comentario
Montserrat Moreno, en La contra de ayer, sostiene aquello de que no necesita la hipótesis de Dios. De acuerdo. Tampoco el creyente. Dios, salvo para el mito de trazo grueso, nunca fue un supuesto explicativo. Más bien, Dios en verdad se sufre como el Dios que se encuentra a faltar. De ahí que el creyente permanezca a la espera de Dios. Aunque lo cierto es que de topar con él, no topará con Dios, sino con el hombre de Dios. Basta con leer los textos bíblicos —o mejor dicho, con leerlos sabiendo leerlos— para caer en la cuenta de lo que acabamos de decir. De hecho, la crítica a la superstición religiosa no nació con la Modernidad, sino con los profetas. Y a propósito de este asunto, uno no puede evitar una sensación de hartazgo ante una crítica que, aunque justificada hasta hace poco, al menos por aquello de los excesos de una cristiandad aliada con el poder, tiene más de ignorar de lo que se habla que de crítica.
Yo sí que encuentro a faltar al Dios de Jesús. Depende solo de que lo hagamos patente, aunque sea con toda la timidez del mundo