la raíz del ateísmo
marzo 19, 2021 § Deja un comentario
¿Quienes somos como modernos? Pues aquellos que, de entrada, ya no nos sentimos bajo la amenaza de lo gigantesco, de un poder sobrenatural. No parece que en el cosmos haya un dios que esté dispuesto a devorarnos. Las emociones que dieron pie a la sumisión religiosa han quedado almacenadas en las películas de terror. Nacemos dentro de una torre de control. Todo se nos ofrece en el marco de, cuando menos, un posible dominio. Sin embargo, acaso el primer paso hacia la muerte de Dios lo diera el monoteísmo bíblico, al desplazar a la experiencia de lo divino al territorio de lo moral: lo que nos puede en verdad no es la desmesura del fenómeno paranormal, sino la desproporción del llanto que clama al cielo. Y ello en nombre de un Dios que no tiene otra voz que la de los abandonados de Dios. Tan solo hizo falta que dicho llanto dejara de acusarnos —que lo viésemos como algo a solucionar políticamente— como para que ya no supiéramos que hacer con el nombre de Dios.
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