el diálogo interreligioso y la irrelevancia actual del cristianismo
marzo 22, 2021 § 3 comentarios
La tesis de la espiritualidad transconfesional —la idea de que todos, en el fondo, creemos en el mismo Dios aunque por vías distintas— ¿no será, al menos, desde el lado cristiano, un intento, acaso desesperado, de salvar al cristianismo de su actual irrelevancia (por ininteligible)? Y es que, hoy por hoy, resulta difícil sostener que Dios no es un elefante palpado por ciegos. Sin embargo, la convicción de que no hay otro Dios que el encarnado no termina de casar, a pesar del aire de familia, ni con Alá ni con la nada del budismo. Pues aquí no se trata de palpar, sino de ser palpado, por decirlo así.
Hay otras formas de dialogo interreligioso, además de la que partiria de “que en el fondo todos somos lo mismo”.
Somos diferentes, y podemos descubrir la alegria de hacer camino juntos a pesar de ello; enriqueciendonos unos a otros.
Una aproximación que mas que con el exotismo, tiene que ver con la convivencia, la confianza…
El peligro de irrelevancia del cristianismo (y de cualquier otra religión) arranca de la incapacidad de adecuar el relato a los signos de los tiempos. Ya en los inicios de la cristiandad hubo un profundo y duro debate sobre las cuestiones centrales del cristianismo. Solo con el problema axial, esto es, el de la esencia de Jesús (¿era dios?, ¿era hombre?) surgió tal confusión que para salvar a la nueva religión la Iglesia tuvo que dar respuesta a multitud de visiones catalogándolas de herejías. Una línea interpretativa se fue imponiendo. Y se rigidizó.
El craso error actual consiste en mantener ese esquema interpretativo que ya ha quedado obsoleto: no despierta el interés en el hombre de nuestro tiempo. Poca humildad muestran los teólogos actuales al negarse a levantar la vista hacia su alrededor y aceptar que nadie les escucha. Están solos. Y se creen en posesión de la verdad…
Si pensamos en la búsqueda de Dios la imagen de unos ciegos que palpan un elefante no es posiblemente la más adecuada. Resulta más esclarecedora la de una montaña que es ascendida a la vez por varios equipos por distintas vertientes. Todos ellos afirman que su vía es la válida porque notan que su ascensión progresa. E invitan al resto de expediciones a unirse a ellos.
Siempre hay que escuchar. Sobre todo cuando tu vía no progresa. Entonces hay que retroceder aceptando los errores de una tozudez fruto de la soberbia. Y del miedo.
Si no se reacciona a tiempo la vía abierta, en la que se había puesto toda la esperanza, puede revelarse pronto tan infructuosa que desde el campamento base nadie acuda ya para ayudar al equipo.
Porque nadie cree ya que aquella vía pueda conducir al progreso hacia la cima.
Se convierte en una vía muerta. Y los montañeros buscan entonces otros caminos. Porque la montaña siempre está ahí…
La actual irrelevancia por ininteligible del cristianismo.
Es decir, vivimos en un tiempo de incomprensión de la fe cristiana. Casi de incapacidad para alcanzarla. Mi opinión es que esto es así porque cada vez más nos conocemos menos. La reflexión humilde acerca de nuestra esencial incapacidad y dependencia, nos haría cambiar pero, ¿es posible esto en un mundo henchido de aire por su mayoría de edad? Es decir, estamos ante un grave problema antropológico más que ante una adecuación o no de la doctrina cristiana a los tiempos de ahora. En todo caso esta adecuación ¿en qué consistiría?, ¿es posible?. Quizá sólo funcione la psicología de cada uno para transmitir la fe lo menos torpemente posible…
Por otra parte, pienso que el diálogo interreligioso es bueno siempre pero manteniendo cada religión su propia identidad: la mezcla o fusión de todas ellas las haría desaparecer.