sales minerales

septiembre 29, 2022 § Deja un comentario

Decía Willigis Jäger, aunque imagino que la idea es antigua, que de lo que se trataba era de terminar disolviéndonos en el océano como muñequitos de sal; que la ola es el mar. Freud, como sabemos, tuvo sus sospechas sobre el sentimiento océanico: no es oro cuanto brilla. La sirenas también se presentaron como redención. En cualquier caso, estamos ante un sentimiento compensatorio: frente a la hiperconciencia crítica, un dejarse llevar; frente al existir como arrancados, la nostalgia de un formar parte. Sin embargo, para este viaje quizá no hagan falta estas alforjas. Basta con tener presente que esto ya fue así desde un principio: polvo eres y en polvo te convertirás. De ahí que podamos preguntarnos si la historia de los muñequitos de sal no será un modo de blanquear la muerte. El asunto es irrelevante si hablamos de nuestra muerte. No lo es tanto, una vez nos preguntamos si la disolución es lo único que pueden esperar quienes se arrastraron como perros. Pues sería como decirles mala suerte —o si se prefiere, tuvisteis un mal karma.

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