despistados
diciembre 7, 2022 § Deja un comentario
Las primeras veces, por lo común, son decepcionantes. Pues su única medida es el deseo, en modo alguno lo que acontece, esto es, el milagro o la excepción. Y ya sabemos que el deseo tiene una mirada de corto alcance. Aunque su promesa apunte a la eternidad. Difícilmente, caemos en la cuenta de lo que en verdad tiene lugar y no simplemente pasa. Y cuando sucede, tampoco podemos permanecer ahí, en la boca de la caverna. Es lo que tiene vivir de espaldas. O haber caído. De ahí la necesidad de un religare. Sin embargo, lo que ignora el homo religiosus es que, desde nuestro lado, no hay religare que valga. Por mucho que a veces sienta lo contrario.
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