del sentimiento de formar parte
marzo 28, 2021 § Deja un comentario
Decía Merton —cito de memoria— que tarde o temprano deberíamos caer en la cuenta de que nos hallamos en medio de aguas que nos cubren. Y no seré yo quien le lleve la contraria. Podríamos decir que el sentimiento de formar parte es saludable. Sencillamente, se equivoca quien cree que él es el centro. Sin embargo, hoy en día, es lo que cualquiera da por descontado. El sentido de la trascendencia no flota en el ambiente. Nuestro punto de partida es narcisista —y por extensión también nuestras preocupaciones. De ahí que la sentencia de Merton —y las espiritualidades que sintonizan con ella— tenga efectos, cuando menos, balsámicos o compensatorios en aquellos que comienzan a hartarse de sí mismos (y de una vida meramente inercial). Sin embargo, lo cierto es que la separación no obedece simplemente a un error de perspectiva. No se trata solo de volver a conectarse con el fondo nutricio del cosmos —no es cuestión de saber qué dieta seguir— o de ver las cosas con los ojos del asombro. Pues la separación no es espacial, sino temporal. De ahí que el todo nunca sea el todo, sino un todo en el aire, puesto en suspenso No es que nos falte poder vital, nos falta el Padre, por decirlo así. Y la espiritualidad que se desprende de esta falta —o de su su porvenir— no termina de casar con la de la reconexión.
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